sábado, 30 de mayo de 2015

Musa III

Jamás en la vida me habían escrutado con aquella inteligencia y desnudez emocional. Jamás en la vida lo había hecho una mujer.
Querías ofrecerme un paseo nocturno e interminable por el Sena, lo sé. Quizás tirar de mí y volver a desnudarme conceptualmente.
Sueño con quitarte ese sombrero que te cubre medio rostro y tirarlo tan lejos como alcance mi fuerza, que el resto lo arrastre este vasto río. Reírme de ti, pero contigo. Jugar a hacerte perder la paciencia. Necesito probarte.
Reconozco que con cierta timidez, paseo cerca del café por si te vuelvo a encontrar. Pero parece que sólo exististe una vez.
Ahora llueve y no puedo volverlo a intentar. Desde aquí puedo ver cómo las gotas de lluvia dan golpes de indiferencia sobre el suelo adoquinado por el que pasé aquella vez.

Sin más opción, perdida en estas reflexiones, me pongo a fumar y te vislumbro entre las volutas de humo que forma mi boca. Sedienta, quizá, de una conversación complementada. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario