martes, 4 de agosto de 2015

Morrison

Se desveló en el desierto con un coyote olisqueándole el rostro enrojecido. Posiblemente considerando si sería su banquete del día. Sólo recordaba haberse caído de su caballo, cabalgando bajo la tormenta. Tenía un amargo sabor en la boca y un par de alacranes acercándose a sus pies.
¿Dónde se encuentra el chamán? Lo había dejado bailar en el último bar de carretera. Él le habló de una muerte que arrastraba el polvo de California. E inmediatamente después se pasó a la búsqueda de tal dulce sueño. Pero no así, no con un escorpión alzando su aguijón.
¿Dónde estaba su peyote?

No hay comentarios:

Publicar un comentario