lunes, 6 de enero de 2014

Retorno

Su medieval cabellera, ondeando al viento bajo un tímido cuarto creciente y observando desde aquellas desgastadas almenas.  Sus alas recogidas, pero sin temor a volver a batirlas y surcar aquellos montes salvajes.
Aquel lejano sueño de un dorado atardecer otoñal, palpitaba en su corazón con la realidad de la esperanza. Se había levantado de su gélida lápida del olvido y retaba a las víboras a retroceder para siempre o perecer bajo su fuerza de águila imperial.


-Per aspera ad astra – le susurró a Bóreas, con lágrimas en sus ojos y alzó el vuelo bajo las estrellas que serían siempre sus confidentes. 

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