domingo, 8 de diciembre de 2013

A tres bandas.

Jamás me había sentido tan afortunada y tan vacía al mismo tiempo. Yo me reía de los delirios imposibles de la gente. De las fantasías amorosas que no llegaban a ninguna parte. Y al final, como a veces el destino se ríe de los mortales, me está tocando vivir una. Pero no podía ser sólo con una diana, si no con tres. Tres dianas imposibles que me hacen reír y llorar a la vez.
Quizá esté loca, ¿quién sabe?
Me he imaginado historias increíbles que podría escribir, con ellos de protagonistas (siempre me ha gustado hacer, de gente real, personajes envueltos en mundos de fantasía). He tenido sueños eróticos apasionantes. Sueño, también, que alguno de ellos me sacará de éstas tinieblas y me llevará consigo a su reino interior. Siempre me ha gustado explorar mundos nuevos, aunque de éstas tres bandas, uno ya lo tengo una pizca ojeado.
Sé que algún día está burbuja se romperá y caeré en el vacío. Pero si algo hemos aprendido de nuestra desgraciada Pandora, es que la esperanza es lo último que se pierde y de lo único que estoy segura, es que ellos, a partes iguales, sostienen mi corazón en alto. Y que sólo uno de ellos será su futuro y único poseedor...

viernes, 4 de octubre de 2013

Luces borrosas.

En esta borrachera de sensaciones, en las que no veo el futuro de mis intenciones. Aquí estoy, bajo una lámpara callejera, bailando al son de un lejano saxofón (que parece que se extinga con cada palabra que pronuncia la Luna). En esta noche infinita y ésta soledad mal hecha.
Siento esta libertad en mis huesos, haciéndolos vibrar con cada suspiro del mar.
Pero no puedo olvidar mi deseo de cogerte las manos y trazar un vals sobre estas baldosas olvidadas...
Pero yo sigo aquí. Sigo sintiendo. Sigo siendo.

miércoles, 2 de octubre de 2013

El Monte Olimpo

Te prometí que te dedicaría una entrada, que te escribiría algo sólo dedicado a ti. Pues creo que ya ha llegado el momento. Evidentemente te lo escribo en español, porque en inglés no soy capaz de expresar mis auténticos sentimientos.

Como bien sabes, tengo un especial interés por tu país y mi mayor ilusión era viajar allí, conocer gente de allí... etc. Yo, te agregué pensando en que podía compartir algo de cultura contigo. Que quizá, por lo que fuera, hablaríamos poco, que sería un encuentro casual por Internet como cualquier otro. Pero, como bien sabes mi querida ελληνικά, no ha sido para nada así.

Las personas reverberan en mi, como si de cajas de música se trataran, dándome sensaciones. Y de eso es de lo que realmente voy a hablar. De esa sensación. Poco a poco, es como si me hubiera ido sumiendo en una especie de Antigüedad eterna. Como si hubiera vuelto a la Era mitológica. Al μύθος. Como si no fueras del siglo XXI realmente, a pesar de encajar perfectamente con la modernidad. Simplemente es un canto lejano, como de sirena juguetona, que me transporta hasta el mar Egeo hace miles de años atrás, de forma suave y mágica. No sólo ya tienes un físico que me recuerda a las bellas mujeres de por aquél entonces, y no me cuesta nada imaginarte con una túnica blanca impoluta, sino que además tienes un lado místico lo suficientemente poderoso como para crearme esta reminiscencia.
Seguramente leerás esto y creerás que se me ha ido la cabeza. Que estoy loca. Ya puedo imaginar lo que piensas un: ¿Cómo puede verme así? o Realmente, esta chica, fantasea mucho conmigo.
Puede ser, puede que no. Simplemente son sensaciones. No es algo que pueda controlar. Es algo que viene, como el olor agradable de la primavera.
Simplemente, por dentro, siento que he encontrado algo que llevaba mucho tiempo buscando. Y cuando te hablo, me siento en mi sitio. En el lugar en el que debería de estar, quizá, es que esté en el Monte Olimpo o puede que sea en los Campos Elíseos. O simplemente, en la antigua y real Cnosos entre cantos ancestrales.
Quizá, realmente, formamos parte de un mito moderno.

Acabe esto en algo real o no, este sueño me gusta mucho. Me siento tan libre y viva que no quiero despertarme nunca. Has revivido una parte de mi que se sentía perdida y desorientada.
Y no sólo eso, has aparecido en el momento que justo era el adecuado. Como un juego de Dioses, que quizá sean ellos los que han movido los hilos para que éste momento ocurriera.
Muchas gracias por existir, mi sacerdotisa.

lunes, 20 de mayo de 2013

Felicidad subjetiva.

¿Y es que la felicidad no es altamente subjetiva e íntima?
Mi felicidad es del color de la Tierra. En esos días grises, cierro los ojos y me veo a mí misma bajo un manto verdoso de árboles, en una tarde lluviosa, con los pies descalzos. Sintiendo cómo la lluvia humedece mis cabellos, cómo las gotas recorren mi desnudo cuerpo. Viéndome juguetear con mis pies en el barro. Sintiéndome sílfide y ninfa.
Mientras tanto, a lo lejos, se escuchan tamborileos y susurros de flautillas de alguna tribu indígena. De aquellos que aún están unidos a la tierra tal y como yo lo estuve una vez y que en el fondo deseo volver a estar.

Deseo escapar a las montañas, al bosque o a las calas vírgenes. La ciudad, la civilización, en estos momentos me parece una prisión donde para conseguir un mínimo de bienestar hay que descarnar a tus iguales. Donde para, según dicen, ser feliz, has de tornarte de hielo. Descartar los sentidos. Fría lógica y apatía.
Aquí en cambio siento el calor de todos los seres vivos en comunión. El principio de mi especie y la vida en continuo ciclo. ¿Qué nos hizo cambiar? Esto es, a la vez que simple, precioso.

Mi cálida alma y mi raciocinio se pelean. Placer versus realidad. ¿Pero la realidad no ha de tener también un componente de placer? Por eso escribo, para tener ese placer lejano quasi inexistente. Porque sé que en cuanto acabe, realizaré la tarea monótona de siempre. Pero me habré desprendido parte de la angustia y el dolor que me atenazaban... Porque me he sentido humana. Y digo humana, pues me he sentido viva, más incluso que estando completamente despierta y consciente. Sólo, tan sólo, cerrando mis ojos o, ni tan siquiera eso, simplemente, dejando la mente volar...

sábado, 18 de mayo de 2013

Punto muerto.

Estoy en un punto muerto. En una maquiavélica espiral que me absorbe, que me lleva hasta un espacio oscuro que no tiene fondo. En suspensión con la nada. En suspensión con el todo. En lo atroz de la existencia insípida.
¿Es el preludio de una nueva metamorfosis o de un simple resbalón caeré al abismo?
Ya no son útiles las coloridas máscaras venecianas con sus sonrisas, no me satisface su alegría en lo profundo de mi alma, pues en los caminos que tomo de vuelta, se caen a pedazos.

viernes, 3 de mayo de 2013

¿De dónde vienes?

Tus grandes y oscuros ojos, no sé qué deben tener. Sin embargo, me transportan lejos en el tiempo y el espacio. Te veo a ti, como a una Tanit, como a una Isis o quizá como a una Afrodita que se pierde entre las olas de lo desconocido. Como una mística sacerdotisa que ofrece su alma al Sol y a la Luna. Despiertas algo antiguo y olvidado. Prohibido, mágico y tentador.
No pareces alguien del ahora, si no, un espectro que se diluye en los eones que hicieron amanecer a la humanidad.
Me haces danzar alrededor del fuego que trajo Sísifo y entablar conversación con los Titanes... Mientras tanto, mis manos se sienten tentadas de acariciar esa cetrina piel, que me hace vislumbrar los miles de desiertos que has cruzado hasta llegar a mí. Pero me detengo a escuchar tu voz como si eso completara el rito: tu sonoridad es tan dulce como la brisa que acaricia las briznas de hierba, siempre fresca, de los Campos Elíseos y con un poder de seducción como el de las propias ninfas...
Quizá, tú, con tu comprensión de Diosa antigua, llegaste a adivinar qué pensaba y no dudaste en fundir tu cuerpo con el mío en un beso, como si miles de galaxias hubieran convergido en ese punto exacto. Hacerme ver tus visiones delirantes, acompañadas con los festejos dedicados al Dios Baco...
¿Quién eres?
¿De dónde vienes?