sábado, 29 de septiembre de 2012

A Song for The Lovers.

Veo cómo te desperezas lentamente, entre las blancas sábanas. Te deslizas hasta el final de este campo arrugado de recuerdos, y te sientas en su acantilado, dejando caer tus contorneadas piernas. Sólo te veo la espalda desde aquí. Cómo cae tu rizada melena sobre los hombros, y la luz del amanecer que transpasa esos grandes ventanales, acaricia delicadamente tu piel desnuda y deja que se me escape un largo suspiro.
No quiero interrumpir esta bella escena. Aunque, no obstante, me gustaría poder ver tu mirada ahora. Tus ojos brillando en un nuevo día y no olvidar su intensidad... Pero me quedo aquí, tranquilamente y escucho tu suave respirar...

sábado, 14 de julio de 2012

Culpabilidad.

Observaba su cadáver que ya llevaba varios días ahí, descomponiéndose, y no era capaz de sentir nada. Encendí un cigarrillo al cabo de un largo rato. Aspiré el amargo humo que, ahora, resultaba repulsivo. Siempre llego tarde a todas partes, no soy bien conocido, precisamente, por mi puntualidad. Ahora me encontraba solo en el mundo, en el que era ciertamente insignificante, efímero. Delante de mi tenía la prueba más absoluta de esa contundente teoría. Esa y de que he descuidado mi vida como el que más. El rostro pálido de ella, noto cómo me reprocha todo esto: "¿Por qué tuviste que marcharte?", "¿Por qué me abandonaste así?". Circunstancias, excusas malas, pobres y vacías. La cobardía de enfrentarse a un futuro tan ciego y tan oscuro no permitía actuar bien a nadie. Ahora alguien se había creído valiente y había movido la ficha para cortar de cuajo una cadena que ya estaba a punto de quebrarse.
-No sé quién te ha dejado así - dije, tranquilamente, como si realmente esperara una respuesta-.Pero sospecho que soy yo el culpable de esta auténtica muerte.
Busqué algo. Cartas, fotos... Algo que me dijera quién fue el que tomó aquella decisión. Pero sólo encontraba mi rostro, relatos basados en mí, poemas sin acabar y canciones de amor empalagosas, acumuladas y descolocadas, en un rincón. Cada vez era más consciente de que mi metáfora tomaba forma física. No había otro tipo, no había nada. Sólo esos recuerdos sólidos en cada bocanada que inundaba esta habitación. Estaba sobrecargado de mi mismo y era yo mismo quien la había asfixiado con todo esto.
Llamé a la policía, colgué y me marché, cerrando la puerta tras de mi. Como aquel día. Sólo que aquel día ella me retuvo. Ahora lo que me ataban eran unos extraños remordimientos y la imagen de su cuerpo, sobre el charco de sangre ya reseco.

viernes, 6 de julio de 2012

Máquina.

Se mira sus manos y no se entiende. ¿Qué es un ser humano? No lo entiende. Cree que es una máquina biológica. Bajo cómputos de árboles lógicos. Que es un experimento obrado de alguien no muy superior. Alguien que quiso jugar con la Naturaleza muerta de su ambiente. Su comprensión es amplia, pero abrupta. Rueda y rueda por caminos sinuosos. No obstante el centro de sí misma lo ha alcanzado parcialmente. Ahora queda reconocer una sonrisa, una mirada... Dejarse de cálculos y análisis fríos.

domingo, 17 de junio de 2012

Tinieblas en el mundo de la Nada.

Deslizándose suavemente por tus propios pensamientos. ¿Dónde está el fin? No hay por dónde atraparlo. Hay veces que uno está girando, vertiginósamente sobre un océano sin fondo. Con una muerte y un resurgimiento, entre cenizas de tiempos pasados. Entre las basuras de las dudas. Y una respuesta incierta. Dos o tres pelos en mi lengua. Ocho dedos en mi mano izquierda.
Irreconocible y sólo yo.

jueves, 10 de mayo de 2012

Tú.

Me agaché al riachuelo límpido, cubierto de sombras y claros de los abrazos de los árboles. Sólo el susurro del viento acompañaba a aquella extraña soledad. No, miento. No sólo era el viento. Y no, no era soledad. No sé muy bien qué era. Vibraciones que ondeaban en el ambiente. Unos ojos bellamente perfilados observándome desde la oscuridad del bosque y la música de su corazón acompasado con el mío. Desde la lejanía, desde el cuidado de no rompernos. La vida y la muerte en un suspiro. El todo y la nada. Pero yo sé de ti desde hace mucho tiempo. Los lazos nos unen. Conversaciones triviales, palabras de aguas profundas... Común, de un mundo común. Sin embargo, todo viaja más deprisa, vertiginosamente, por entre los remolinos que se forman en estas hojas del suelo. Nuestra alma  y conciencia vive aquí, en este profundo ser que nadie conoce y que sólo nosotras entendemos. Mientras nuestro cuerpo camina, agotándose, desenvolviéndose a un ritmo normal, a través de la mirada del resto, con una visibilidad pasmosa.
Pero tú sabes, y yo sé que todo esto, todo lo que somos subyace aquí. En este bosque, desierto, mar, abismo, cueva, oasis... Todo, todo... Bajo tu mirada bellamente perfilada y tu aura que corta el aire.

lunes, 2 de abril de 2012

Zoe

Despertó en aquel mundo desconocido para ella. Desnuda. Desprotegida. Recubierta de ese líquido pegajoso, aunque ni tan siquiera ella sabía qué era ese líquido, ni tan siquiera qué era el líquido. Por primera vez había salido de aquella campana de cristal y ahora podría decirse que se sentía viva. Los pulmones, aunque no alcanzaba a imaginar qué eran, le dolían al respirar por vez primera. Además respirando ese aire viciado, ese aire extraño que en algún momento podría acabar con ella, mientras su cuerpo se estremecía al intentar moverse. Entumecido, débil.
La conciencia de sí misma no llegaba a alcanzarla, pero sí que se encontraba en el Mundo. No obstante sólo podía mantener los ojos abiertos y escrutar cualquier esquina extraña, con la vista. Emitía balbuceos, gritos incoherentes. Su idioma.
Era la vida en una sociedad muerta, eléctrica. Pero era una vida a medias, paralítica. Pues había pasado años en aquella cárcel semejante a una placenta humana.

miércoles, 28 de marzo de 2012

El cielo se rompe

Sólo siento esa tormenta dentro de mi. Miles de dudas al aire, sin responder, y algo desgarrándose en mi interior. No sé cuándo lo entenderé, no sé cuándo cesará. Sólo sé que hablando con la lluvia no se va a solucionar. Este es mi sino. El que yo he escogido, ¿por qué me quejo? Porque jamás lo he entendido. Esa es mi metamorfosis. Mis primeros días saliendo del huevo, irrumpido por unas lágrimas sin razón.
Quiero que puedas volar, pero siento que me estoy arrancando mis alas por ti. Quiero aguantar, pero no soy tan fuerte. ¿Realmente soy tu sueño o eres simplemente el mío? Sólo, sólo quiero comprender los entresijos de tu alma. Pero tengo miedo de que salgas corriendo...

jueves, 22 de marzo de 2012

Costa

Me trajeron aquí. No sé cómo. Tampoco cuando. Pero el agua es cristalina, brilla con todo aquello que está sobre el cielo. Esos dos satélites de colores violáceos, rosáceos, rojizos... Y esa aurora eterna, transportando el polvo del exterior. Me acaricia el polvo de estrellas, quizá sea una.
Me recuesto sobre la arena dejándome caer, lentamente. No hay tanta gravedad. Es como si intentase tumbarme en el fondo del mar.
Recuerdo cuando era joven y jugaba con mi padre en nuestro muelle. Cuando me enseñaba todas las estrellas del firmamento. Cuando mi pequeñez me importaba poco. Cuando relucía el sol sobre una vida insignificante. Y ahora veo agujeros negros ahí arriba,  danzando lócamente, sin objetivo. Con tantos secretos que contar, tras esa fuerza que lo devora todo, imparable. ¿Me atrapará a mi también? Recuerdo atrapar mariposas entre mis manos y que desapareciesen de mi vista, al rato, sobrevolaban más allá. ¿Si me atrapa esa pareja, me convertiré en cucaracha? ¿En asteroide tal vez?
Cierro los ojos y dejo que el saxofón de las olas se extinga en mis oídos....

sábado, 28 de enero de 2012

Sentir.

  Avanzo hacia este acantilado y soy capaz de recorrer las inmediaciones del lejano horizonte. Comprender el Mundo a través de vibraciones que se esconden en un lugar oculto de mi mente. Y así, volar. Como si no de palabras, ni de fórmulas ni números se tratase la auténtica Naturaleza, si no, de algo más complejo y prácticamente incomprensible. Mar, Tierra y Bóveda. Yo, minúsculo ser, que soy el centro de todas estas cosas cada vez que respiro su propia esencia, hasta que las absorvo y me esparzo hasta el Fin.

viernes, 6 de enero de 2012

Destrucción.

Abro los ojos y mi mundo decae, poco a poco. Arde mi alma, de impotencia. Señalo el horizonte y sollozo. ¿Dónde caerá el siguiente trozo de bendición?
Rasgo el aire y hago marcas de humillación en mi pared. Quién. Cómo. Dónde. Por qué. Cuándo.
Tiempo. Desidia. Dolor. Joder, dolor, mucho dolor.
Suprímete, maldito.

La destrucción es unánime.
-¡Hola destrucción! - digo mientras caigo por un abismo de tinieblas.

Realidad parcial.

La supermacía del sueño. Entornados los ojos y disuelta la mente. En un mundo ilustrado en horrores. Toma el futuro, caótico, y la forma de psicópata en tus manos. La sangre es onírica, sí, pero sientes el punzar de tus cuchillos sobre la carne del contrario, que agoniza ante tus ojos.
¿Es tan sólo un reflejo de la realidad? ¿Es un yo encarcelado? ¿Es el rencor anidado?
Muerte, sin fin, en mi mundo, hacia mí misma y hacia los demás.
Destrucción. ¿Ansiedad tal vez? Freud podría ser un buen guía...
¿Qué más da, qué más da?
Sólo es un sueño, susurrarán voces lejanas.

domingo, 1 de enero de 2012

Freixenet.

El humo dibuja el olvido en su mirada. Fumando largamente, mientras lo acompaña con dulce Freixenet. La espera es absurda. Mientras, aquellas sombras inútiles le rodean bailando un torpe charlestón.
Las voces atropellan su mente distópica. El tiempo pasa. No hay nada que le haga sentir peor que aquella música chillona y el jugueteo erótico de las miradas de los presentes.
¿Dónde estaba? El estómago se le removía con aquel cóctel frenético. La demencia comenzaba a ganar el pulso infame contra sí misma. Los hombres la exasperaban, siempre tan dignos y siempre tan dispuestos a aparecer cuando les plazca.

Retiró la silla con brusquedad. La neurosis se apoderaba de ella, como era costumbre. La única cura que encontraba estaba entre las cenizas que se aferraban a sus pulmones.
Evadió al público y a todo un mundo, mientras, tras cerrar la puerta, se apoyó en la fría pared, dejando que una brisa marina invernal y unas luces parpadeantes se incluyeran en el nuevo episodio de sus fracasos existencialistas.
Sólo, tan sólo, esperando la muerte de buena gala y una copa, bajo la tormenta de sus quebradizos sentimientos.