El exceso de
soledad provoca yagas. El exceso de compañía provoca guerras ¡Qué naturaleza
más errática es la nuestra, que busca la paz en el más profundo aislamiento!
¿Los trastornos
mentales son debidos al exceso de observación o al exceso de individualismo?
Pensábamos a
veces que la mente humana tiene la profundidad del átomo, pues cuanto más cerca creemos estar de su origen, más detalles quedan en el tintero. Nunca se termina esta espiral eterna
de etiquetas. Sin embargo, nuestras cárceles de pladur permiten que ahoguemos
nuestra angustia en una pantalla, o quizá, en arrancarnos la carne.
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